Segunda sesión: Diplomado La Paz No Tiene Tregua

Diplomado LA PAZ NO TIENE TREGUA: Aproximaciones Críticas al Informe de la Comisión de la Verdad. S2

La sesión se dividió en tres momentos, una charla sobre las comisiones de la verdad en el contexto latinoamericano, ofrecida por Cristina Sánchez del Colegio de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México y dos conversatorios dedicados a contextualizar el informe de la Comisión de la Verdad, dentro del Sistema de Verdad, Justicia y No repetición, y desde los modos cómo la Comisión trabajó y se organizó internamente.

Cristina Sánchez inició su presentación enfatizando en la necesidad de acoger una perspectiva de análisis que permita comprender lo que acomuna las Comisiones en el contexto de América Latina, señalando así mismo las variaciones de sentido y énfasis político que cada una de éstas dio a conceptos como Verdad, Justicia y Memoria, distinciones que se perciben ya en el modo como fueron llamadas las Comisiones en cada país.

Sánchez se sitúa en el contexto de la Guerra Fría para entender el surgimiento de Comisiones en los diversos países de la América Latina, en cuanto éstas ayudaron a saber lo que ocurrió y hacer justicia frente a los crímenes cometidos por regímenes autoritarios y dictatoriales, auspiciados en gran medida por los Estados Unidos, que caracterizaron dicho período. En ese sentido, el nacimiento de las Comisiones era entendido como un mecanismo necesario para el tránsito hacia la democracia.

La primera Comisión en el continente, fue la de Argentina, llamada Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, creada en diciembre de 1983. Tuvo el objetivo de investigar las violaciones de derechos humanos, especialmente aquellas vinculadas con la desaparición de personas, ocurridas durante la dictadura entre los años 1970-1980. Según Sánchez, en dicha comisión, la demanda era sobre todo por hacer justicia, más que conocer la verdad.

Posteriormente, en abril de 1990, se instauró la Comisión en Chile, conocida como la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación. Su objeto era contribuir con el esclarecimiento de la verdad sobre las violaciones cometidas durante la dictadura militar vivida entre 1973 y 1990. Esta Comisión, como señaló Sánchez, introdujo elementos nuevos como la reflexión sobre la reconciliación, la atención a la agencia de las mujeres que combatieron contra la dictadura, así como debates sobre quienes deberían ser los comisionados y sobre cómo concebir las víctimas.

Un año después, en abril de 1991, se instauró la Comisión de la Verdad en El Salvador, con el fin de investigar las violencias ocurridas durante la guerra civil. Dicha Comisión, en palabras de Sánchez, ahondó intensamente sobre el rol de los historiadores ante la sociedad, sobre todo en lo que tiene ver con la construcción de memoria y el hecho de no olvidar. Así mismo, se interrogó sobre las implicaciones de la amnistía en la consecución de la verdad.

La Comisión de Guatemala, Comisión para el Esclarecimiento Histórico tuvo inicio en junio de 1994. Tuvo el mandato de esclarecer los hechos de violencia ocurridos durante la guerra civil que por tres décadas vivió la nación centroamericana, el período comprendido entre 1962 y la firma de los acuerdos de paz en diciembre de 1996. En esta Comisión, apuntó Cristina Sánchez, la iglesia católica jugó un papel significativo en el trabajo realizado en los territorios y sobre todo con pueblos indígenas, con quienes se comunicaban en sus propias lenguas. Otro aporte de dicha Comisión fue considerar el tema de la frontera y las injerencias extranjeras para entender el conflicto interno guatemalteco.

En agosto de 2000, fue creada la Comisión para la Paz de Uruguay para indagar los crímenes cometidos durante el gobierno cívico-militar que gobernó el país entre 1973 y 1985. En palabras de Sánchez, esta Comisión hizo un esfuerzo enorme por debatir la cuestión de la verdad y por la cuestión de los desaparecidos.

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Sesión diplomado desde Bogotá. Foto: Maritza Umirez.

Un año después, en 2001, fue instaurada La Comisión de la Verdad y Reconciliación en el Perú, encargada principalmente de elaborar un informe sobre la época de violencia vivida en el periodo comprendido entre los años 1980 y 2000. En esta Comisión fue significativa la disputa por la Verdad y la Reconciliación, sobre todo, afirmó Sánchez, en lo relativo a la verdad que se está buscando y los actores armados sobre los que se hace énfasis, que, en el caso peruano, fue principalmente centrado en las acciones de la guerrilla de Sendero Luminoso.

La Comisión del Paraguay, Comisión de Verdad y Justicia creada en el 2003, tuvo como objetivo esclarecer las violencias cometidas en el país durante la dictadura vivida entre 1954-1989. Como en el caso del Guatemala, la del Paraguay, explica Sánchez, también enfatizó en el tema indígena, tanto en cuestiones relacionadas con el derecho a la tierra, como con las violencias sufridas por dichos pueblos en el proceso de construcción del Estado Nación. El informe final fue traducido al guaraní.

La Comisión de Bolivia, Comisión de la Verdad, Memoria, Justicia y Reparación instaurada en 2017, tuvo como misión esclarecer los hechos de violencia en el período de la dictadura militar entre 1964 y 1982.

Las más recientes, las de Colombia y México, fueron apenas nombradas; una está siendo examinada en este diplomado y la otra está en curso, y se interesa en la cuestión de la llamada guerra sucia y las relaciones entre Estado y mafia.

En conclusión, Cristina Sánchez planteó unas preguntas sugestivas orientadas a considerar las interrelaciones entre las diversas Comisiones y en cómo éstas se han nutrido conjuntamente.

Como primer punto, subrayó cómo en todos los procesos de esclarecimiento de la verdad en el continente latinoamericano, las sociedades han mostrado un gran interés en participar, queriendo hablar y conocer la verdad sobre los hechos sucedidos en el marco de los variados conflictos y períodos de violencia.

En segundo lugar, Sánchez comentó cómo en sus reflexiones sobre estos procesos, ha sido importante entender quienes conforman las comisiones, qué tipo de actores han sido identificados como los especialistas para emprender dichos procesos, cuántas mujeres las han integrado, cuántas personas indígenas, negras o de identidades sexuales diversas han sido vinculadas.

Así mismo, es significativo entender los diversos abordajes de los conceptos de justicia, verdad y memoria que se hacen en los procesos de esclarecimiento, así como lo es la definición que se hace de las víctimas, si hay jerarquías ente ellas y si las metodologías resaltan casos emblemáticos o no.

La cuestión sobre cómo se han narrado y socializado los informes, depende del contexto temporal en el cuál éstas han sido producidas; por ejemplo, en el caso colombiano la producción transmedia ha sido impresionante, frente a lo que fue el caso argentino que se dedicó a divulgar capítulos por televisión. Una cuestión que sin duda todas las Comisiones han asumido es cómo socializar los informes producidos y cómo éstos son integrados a los currículos escolares y apropiados por la sociedad en general.

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Sesión diplomado desde Leticia. Foto: Carlos Andrés Caceres.

El conversatorio siguiente, dedicado al contexto de producción del informe de la Comisión al interno del sistema Integral para la paz y dentro de la misma institucionalidad de la Comisión, estuvo a cargo de John Jairo Cárdenas, y Andrés Ramírez Bernal, ambos historiadores y miembros del Centro de Pensamiento Pluralizar la Paz de la Universidad Nacional de Colombia.

En su intervención, Cárdenas quiso llamar la atención sobre cómo en Colombia, a raíz del Acuerdo de Paz, firmado entre la guerrilla de las FARC y el Estado Colombiano, existe todo un diseño institucional y un conjunto de políticas públicas para la paz en Colombia, contenido en el sistema integral de paz. Retomando una de las conversaciones de la sesión inaugural del diplomado, relativa a las nociones de justicia, Cárdenas, quiso reiterar, cómo la justicia transicional favorece formas de administración alternativa de justicia, ejercida tanto a través de mecanismos judiciales como extrajudiciales, siendo la Comisión de la Verdad un ejemplo de esta última, con la intención de dignificar la voz de las víctimas, esclarecer la verdad y promover la reconciliación de la sociedad.

En su intervención, Ramírez presentó la Comisión en su estructura interna y en cómo ésta operó en el país, reconociendo además el enorme trabajo realizado en red por grupos de trabajo pequeños que hicieron grandes esfuerzos para dar cuenta de las tres principales misiones de la Comisión: Esclarecimiento, Reconocimiento y Convivencia. Vale la pena reconocer la gran apuesta que fue la creación de espacios de diálogo entre víctimas y victimarios que se constituyeron en encuentros por la verdad, enfocados en la reconciliación y la no repetición. Estimable así mismo fue el hecho de que el conflicto armado colombiano fuera abordado desde diversos enfoques: étnico, género, psicosocial, infancia y jóvenes, personas mayores y discapacidad, escuchando a diversos sectores de la sociedad.

El gran aporte de la Comisión, añadió Ramírez, va también considerado desde la gran cantidad de personas que fueron escuchadas, 28 mil, lo que comportó un trabajo impresionante de escucha, pero también de transcripción, etiquetado y gestión de los testimonios para la producción del informe final. De hecho, en la página web, se encuentra un gran archivo de materiales textuales, visuales y auditivos que se espera sigan siendo conocidos y divulgados.

En el segundo conversatorio, dedicado al cuerpo del informe producido por la Comisión, participó Lina Patricia Forero, comunicadora social, líder del proceso de investigación de la Comisión en el Caquetá y Salima Cure, antropóloga que apoyó la investigación que la Comisión realizo en la macro territorial Amazonia.

Forero, al igual que Andrés Ramirez, quiso iniciar su charla valorando lo que significó en términos de vida hacer el informe. Tantas personas que hicieron grandes esfuerzos para lograr cumplir con los objetivos planteados.

Frente a otras comisiones, la de Colombia fue ambiciosa y amplia, comentó Forero, en cuanto se estaba abordando un conflicto complejo y de larga duración. En términos operativos fue también difícil trabajar en medio a un conflicto que persiste en muchas regiones y con la dificultad de que personas pertenecientes a algunos sectores, como los militares, no tenían muchas intenciones de esclarecer hechos en los que tenían amplia responsabilidad.

Forero enfatizó además que no siempre fue posible hacer reconocimientos públicos para esclarecer la verdad y que, en muchos casos, como sucedió con algunos pueblos indígenas, se generaron espacios más íntimos para el reconocimiento. Lo importante era que se produjeran esos momentos, pues el esclarecimiento, sin reconocimiento, no ayuda a la verdad y, sobre todo, no favorece el fortalecimiento de ejercicios para mejores convivencias y transformación del conflicto. 

En cuanto al cuerpo del informe, Salima Cure resaltó como éste es una red de volúmenes, que contempla temas en modo transversal y que al mismo tiempo permite contextualizar en cada región como fueron afectadas personas y territorios, incluso, por fuera de los límites nacionales.

Una de las preguntas que surgió en la conversación, fue cómo abordar un material que es monumental y que parece inabarcable. Desde este diplomado creamos una ruta para iniciar a conocer el informe en toda su complejidad de contenidos y formatos, los invitamos a seguirlo.

Ruta de viaje:

  1. Ingresar a la página web: comisióndelaverdad.co
  2. Entrar a la primera columna para ver todos los volúmenes publicados
  3. Ir al volumen Colombia adentro, entrar a cómo se hizo la regionalización y ver el mapa
  4. Ir a Volumen Violación a derechos humanos, ir a la exposición Huellas de desaparición. Luego ir a Esto no puede estar pasando, sección Ejecuciones extrajudiciales, escuchar el audio
  5. Ir a Volumen Mujeres, entrar a la despensa para mostrar las ilustraciones y descargar una. Luego ir a Vidas en resistencia, sección Muchos Hombres posibles y leer la historia El hombre que no fue.
  6. Ir a Volumen impactos, afrontamientos y resistencias, entrar a la naturaleza como víctima. Percibir cómo éste fue un tema interesante que esta comisión logro hacer emerger, en cuanto las afectaciones de la guerra no solo tienen impactos sobre los humanos, sino en los territorios, los ríos, suelos, animales, bosques, páramos. Luego ir a la sección cuerpos plurales
  7. Ir a Volumen de pueblos étnicos y navegar por los cuatro círculos que allí aparecen
  8. Ir a volumen exilio y entrar a la exposición, Arqueologías vivas del exilio, conocer historias a partir de algunos objetos, leer la historia de Juanpi el monito. Luego entrar a la exposición virtual, Voces desde la otra orilla, realizada por la CEV, nodo Francia
  9. Volumen niñas, niños y adolescentes ir a Conflicto y escuela. Luego ir a Tres generaciones en medio de la guerra y leer los cuadritos que salen por edad.
  10. Entrar al Volumen testimonial, ir a lectura ritual y ver el video
  11. Ir a Viva voz: escuchar clips cortos en Sonido y Memoria.
  12. Ir a Activaciones artísticas y culturales: ver lienzos de memoria, ciclo de cine que haiga paz, obra de teatro la resurrección de los condenados.
  13. Ir a archivo Comisión de la verdad, fonoteca, radio y podcast. Cerrar los ojos y escuchar.
  14. Ir a Pedagogía, entrar a un Botiquín contra el olvido. Mi cuerpo dice la verdad, amuleto. Si ustedes quieren, pueden hacerse un amuleto para ahuyentar la indiferencia y para expresar con vehemencia, ese basta ya, para no repetir historias de dolo y transitar hacia mejores convivencias en nuestro país.
SESION 2 DIPLOMADO LA PAZ NO TIENE TREGUA
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