El Covid 19 en el departamento del Amazonas y la reforma de la salud

En estos momentos se dio inicio al debate del proyecto de reforma de la salud en las respectivas comisiones del Congreso de la República. Tengo entendido que en la ciudad de Leticia se hicieron unas mesas de trabajo para recoger las inquietudes de los amazonenses en tan delicado tema para la vida. Desde mi óptica, pienso que un indicador determinante en la evaluación de cómo funciona el sistema de salud en nuestro departamento debe ser el tiempo de la época más trágica que hemos vivido en nuestra historia: la pandemia por el COVID-19. Esa época desbordó agudos problemas que ya venían por el débil sistema en materia de cobertura a nivel departamental y por la débil infraestructura del Hospital San Rafael de Leticia; a lo anterior se debe sumar el lento y pésimo servicio de la EPS, por lo menos la del magisterio en los servicios de remisión y el pésimo manejo presidencial al unificar el cierre de fronteras, desconociendo, en el caso de nuestra triple frontera, el trabajo conjunto de las secretarias de salud del Amazonas, de Tabatinga y Caballococha en el manejo exitoso de las frecuentes epidemias que azotan la región, propias del trópico húmedo que habitamos. Todo ese panorama degeneró en lo que aún sigue muy fresco en nuestras memorias como cuando el departamento del Amazonas fue el primero en vivir el cierre total y en paralelo el increíble aumento de las muertes y contagios que en forma ascendente ocurrió entre abril, mayo y junio del año 2020. Sin embargo, fue interesante cómo en nuestras comunidades indígenas se dieron alternativas ancestrales para enfrentar la pandemia.

Entonces, en esta reforma de la salud, necesitamos que el departamento del Amazonas quede bien protegido, para atender el día a día de las necesidades de salud, bajo los criterios de calidad, oportunidad, eficacia y educación, en La Victoria, en Arica, en San Rafael, en Macedonia, en Leticia y sus alrededores, en fin, en todo el departamento sin excepción.

La pandemia por el COVID-19 tuvo que haber evidenciado los problemas administrativos y las deficiencias en la atención médica. La pandemia llegó para quedarse, según la OMS, pero, también la alerta para nuevas pandemias y que podemos afrontarlas con mayor eficacia, entre ellas, no aceptando el cierre de la frontera y más bien, creando un corredor humanitario trifronterizo para que los profesionales de la salud de los tres países puedan desarrollar acciones conjuntas para combatirlas. Esas experiencias conjuntas, cuando más se requieran que funciones, en épocas de epidemias y pandemias, no pueden tener el veto por el cierre de las fronteras, aquí la vida tiene que estar por encima de los nacionalismos. A nivel de las comunidades indígenas los saberes ancestrales deben ser acogidos en la reforma con una perspectiva igualatoria en relación con el saber científico.

Pero, sin duda, el fortalecimiento del sistema de salud en el departamento del Amazonas es fundamental para afrontar epidemias y nuevas pandemias. Así, se propone: el Hospital San Rafael de Leticia debe ser de tercer nivel y el centro de salud de Tarapacá y La Pedrera deben adquirir la categoría de hospitales de segundo nivel, para atender los sectores del Amazonas, Putumayo y Caquetá; así mismo, como alternativas a la complicada situación de comunicación hacia el interior del país y hacia el interior del departamento. Esas serían soluciones de fondo a nuestra problemática en salud.

En esta instancia del debate del proyecto en la Cámara todo queda en manos de nuestras dos Representantes por el Amazonas y sus respectivas bancadas. Esperamos la mejor presentación de las propuestas y la debida argumentación; los ciudadanos hemos cumplido con brindar luces para fortalecer la labor legislativa. Estaremos atentos a los resultados bajo el criterio de que el departamento del Amazonas y sus habitantes gocemos de un derecho constitucional: la salud en condiciones de alta calidad.