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Un ornitorrinco en la Amazonia Neoliberalismo y proyectos REDD+

Obra: Naturaleza muerta 2 – Denilson Baniwa, 2017

Marco Tobon

Marco Tobón

Investigador CEPAM

Antropólogo de la Universidad de Caldas, con maestría en Estudios Amazónicos UNAL sede Amazonia y doctor en Ciencias Sociales por la UNICAMP. Ha investigado el conflicto armado entre los pueblos indígenas de la Amazonia, abordando los temas de memoria, fronteras y conflictos ambientales. También ha escrito crónica, cuentos y biografías.

Si en la Amazonia existen “dragones” (así le dicen a las dragas mineras en el río Caquetá1), si andan sueltos los corta-cabezas (como bien lo estudió la antropóloga Salima Cure2), si en sus ríos circulan submarinos cargados de cocaína, nada raro que en la Amazonia también se encuentre un ornitorrinco. Con el permiso de las ecólogas, que seguro dirán que esto es un disparate, aquí no pretendo realizar una confirmación biológica, sino más bien invocar un concepto de las ciencias humanas, el ornitorrinco del que habla el sociólogo brasilero Francisco de Oliveira (2003). Lo que Oliveira quiere decir es que las realidades sociales, principalmente en América Latina, se componen de atributos diferentes, fuerzas y órdenes de diversa naturaleza, así como el ornitorrinco, un animal que tiene tanto de pez, como de mamífero y de ave, con pico de pato, cola de castor, cuatro patas que terminan en dedos palmeados, pero con garras, que pone huevos, pero amamanta a sus crías sin ningún pezón a la vista, tiene el cuerpo cubierto de pelaje y se alimenta debajo del agua, como lo hacen los peces y los anfibios. Un ornitorrinco amazónico, en este sentido, sería una realidad social compuesta de órdenes económicos, tensiones, conflictos y relaciones diferentes (OLIVEIRA 2003, pág. 128). Por ejemplo, presenciamos políticas neoliberales que se alimentan del atraso, con programas de mercantilización de la selva en medio de situaciones de precariedad y vulnerabilidad social, como los programas de venta de carbono que llegan a territorios donde predominan formas degradadas de atraso y trabajos precarios (trabajos de la minería de oro, de raspachines, de rebuscadores).

En la Amazonia, y esto lo saben bien los pueblos indígenas, la historia es arisca a encajar en modelos lineales, en categorías fijas, en órdenes cronológicos secuenciales y ordenados. Por ejemplo, la Conquista y la Colonia (como lo fue, por ejemplo, el régimen de explotación del caucho) ocurrieron después de la independencia (PALACIO 2007, pág. 12). Este anacronismo, también queda expuesto cuando percibimos que las políticas neoliberales llegaron a la Amazonia antes que las políticas públicas de cualquier estado de bienestar. Esta realidad histórica contradice las líneas teleológicas, el curso unidireccional con el que usualmente la narrativa capitalista explica el curso civilizador, pues el atraso, que se creía un lastre a ser superado, ahora resulta que nunca fue dejado atrás, su profundización expone más bien un neo-atraso arrastrado por los procesos de modernización en nuestros países (SHWARTZ 2003, pág. 12).

En esta perspectiva cabe preguntarse ¿cómo se relaciona el neoliberalismo con los territorios indígenas amazónicos? El neoliberalismo no se expresa apenas como política económica y ejercicio de poder, también es ideología, andamiaje estatal y repertorio normativo, lo que permite pensar que el neoliberalismo se presenta como una actualización, bajo nuevos ropajes, de la forma como el Estado y la sociedad de mercado se ha relacionado históricamente con estos territorios. Un caso concreto son los nuevos nichos de negocios disfrazados de protección ambiental, el síntoma actual por excelencia del falso pánico capitalista ante la crisis ambiental. En otras palabras, es como si las alertas ante el colapso planetario fueran atendidas por las élites económicas y políticas como nuevos espacios de inversión. La crisis ambiental, de este modo, adquiere relevancia porque constituye una oportunidad de expansión y acumulación de capital (ZAPATA 2023, pág. 167; FOA 2017, pág. 85).

Bonos de carbono y neoliberalismo

Es importante advertir que la forma Estado en Colombia, aun con las tentativas de reformas del gobierno de Gustavo Petro, permanece capturada por redes de corrupción y economías ilegales que abastecen a grupos armados en capacidad de cooptar la justicia, las fuerzas armadas y la clase política. Esta realidad pone al descubierto un Estado deficiente, constreñido por los engranajes arraigados de la doctrina neoliberal, incapaz de garantizar derechos y rehén del poder militar de mafias y del crimen organizado. Su rostro más dramático queda al descubierto: desregulación de los mercados, privatización del poder público a favor de élites contratistas que han sabido hacer negocios particulares con la contratación pública, financiar campañas electorales y acordar intercambios de dádivas con políticos, consolidando así redes de corrupción muchas veces auspiciadas por grupos paramilitares en las regiones.

En esta perspectiva, el efectivo disfrute de los derechos para la gran mayoría de pueblos indígenas, caboclos y riberiños en la Amazonia colombiana, se encuentra entorpecido, entre otros factores, por el incumplimiento del Estado a sus compromisos constitucionales, dejando la vida en los territorios amazónicos a la influencia de las fuerzas de mercados legales e ilegales (oro, madera, narcotráfico). La presencia estatal es principalmente militar, con algunos esfuerzos de gobiernos regionales para garantizar derechos en salud y, también, con intervenciones dirigidas a propiciar las condiciones que favorezcan las nuevas iniciativas de mercado como los programas REDD+ y los proyectos Py REDD+3 de venta de carbono.

Al tiempo que predominan rutas de narcotráfico en la región a la que está vinculado el crimen organizado (HUERTA y EBUNS 2023), explotación ilegal de oro, deforestación, extracción de madera y presencia de grupos armados vinculados a las rentas de tales economías, también está la movilización social indígena diaria persistiendo y cuidando sus vidas. Al tiempo que existen una situación de abandono y vulnerabilidad, también se impulsan los programas de ventas de bonos de carbono (REDD+). En esta perspectiva los pueblos amazónicos, para garantizar mínimamente sus derechos ante el mercado y la inoperancia estatal, se enfrentan a tres desafíos políticos: primero, acceder a recursos escasos mediante el trabajo ligado a programas con empresas privadas para proyectos REDD+ y la preservación ambiental junto con el Ministerio del Medio Ambiente. Segundo, vincularse en condiciones precarias a las actividades extractivas que intervienen en sus propios territorios, como la explotación de oro, madera y como raspachines para laboratorios de cocaína. (TOBÓN 2018, pág. 146). Tercero, que no se opone a las anteriores, impulsar sus prácticas productivas de alimentos, como la horticultura de tumba y quema de la chagra, la caza, la pesca, su autonomía organizativa y sus redes de intercambio y ayuda mutua.

A su turno, la agenda económica y política ofrecida a los pueblos amazónicos viene exclusivamente de las urgencias del mercado a los que están sujetos a su vez los planes estatales. El mecanismo estatal disponible para garantizar una ciudadanía plena y enmendar el abandono, parece provenir, exclusivamente, de relaciones con los territorios a través de la valorización económica de la naturaleza. Es decir, la conservación ambiental y los recursos para satisfacer derechos solo parecen posibles si a los territorios se le asigna un valor de mercado (FIGUEROA y CARO BORRERO 2019, pág. 34). Así se expresan, por ejemplo, las narrativas de los programas de venta de carbono o REDD+ en la Amazonia y otras regiones, en las que se pretende integrar amplias regiones consideras distantes, marginales o periféricas, a las redes de valorización capitalista de las “riquezas naturales” (ZAPATA 2023, pág. 28). Aun cuando las mismas organizaciones indígenas admiten que las actividades de proyectos REDD+ en alianzas con empresas privadas pueden contribuir a financiar los planes de vida locales, buscando consolidar sus formas de gobierno (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 65), queda en evidencia, desde otra perspectiva, como bien lo advierte el geógrafo John Zapata (2023) para la región de Darién-Urabá, que la expansión del mercado, bien sea a través de intervenciones extractivas y depredadoras, o bien, como las que procuran la preservación de la biodiversidad, no son manifestación de fuerzas opuestas, sino más bien, son propias de las formas de actuación del capital, una dupla dialéctica y, por lo tanto, contradictoria (ZAPATA 2023, pág. 144).

Para el caso de la Amazonia, como bien lo exponen Díaz y Ruíz Nieto en el Diagnóstico de proyectos REDD+ en la Amazonia colombiana (2023) elaborado por el instituto SINCHI, está claro que con la intención de honrar los compromisos del Acuerdo de París y con la participación de donantes como Alemania, Noruega y el Reino Unido, Colombia se compromete a una meta global de mitigación en su NDC4 de un 51% para el 2030. (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 16). Aun así, en el escenario geopolítico predominan los incumplimientos con lo pactado en el Acuerdo París, así lo confirma el informe sobre Financiación Climática de 2023 de Oxfam, en el que se advierte un hecho inobjetable: el objetivo establecido en el Acuerdo de París por los países desarrollados de proporcionar 100.000 millones de dólares anuales en concepto de financiación climática de cara a 2020 no se ha cumplido. Esto debido, principalmente, a que los países que más contaminan no subvencionan, sino que más bien realizan préstamos, acompañados de una financiación inadecuada de las medidas de adaptación y de prácticas engañosas de contabilidad, que se traducen en que la financiación climática esté lejos de cumplir su misión (OXFAM 2023, pág. 3)5.

El Estado colombiano, en repuesta a este escenario internacional de “economías ambientales” para el cambio climático, promovió ajustes institucionales para afianzar las iniciativas REDD+, a saber:

«[La]“Estrategia Integral de Control a la Deforestación y Gestión de los Bosques” (EICDGB) denominada “Bosques Territorios de Vida” (Minambiente et al., 2018), un Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono (SMByC) liderado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), un documento asociado a la EICDGB con la interpretación de las salvaguardas para el contexto nacional, denominado “Interpretación Nacional de las Salvaguardas Sociales y Ambientales para REDD+ en Colombia” (CAMACHO et al., 2017)» (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 16)

De acuerdo con Díaz y Ruíz Nieto (2023) en los departamentos amazónicos se abordan por primera vez los programas REDD+ en 2010 con los llamados “talleres de fortalecimiento de capacidades” (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 15). Hacia el 2015 inicia el Programa del Fondo Cooperativo del Carbono de los Bosques (FCPF) y el Programa ONU-REDD, que fue respaldado por iniciativas regionales, principalmente con el Ministerio de Ambiente «en el marco del Programa REM (REDD+ Early Movers), para la construcción del Pilar Indígena del Programa Visión Amazonía desarrollado durante los años 2016-2017» (Ibídem). A su vez, fue aprobado el Decreto Ley 870 de 2017 del Ministerio del Medio Ambiente que “Establece pagos por Servicios Ambientales y otros incentivos a la conservación”, iniciativa derivada del contexto de implementación del Acuerdo de Paz de 2016 entre las FARC y el Estado colombiano (ZAPATA, 2023 pág. 165)

Las organizaciones indígenas OPIAC y COICA, de igual modo, apoyaron la propuesta REDD+ Indígena Amazónico (RIA), con acompañamiento de WWF» (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 16). Estas actividades habilitarían los caminos para la construcción de la Estrategia Nacional REDD+, que condujo, también en el 2015, a reactivar la Mesa Indígena Amazónica Ambiental y de Cambio Climático (MIAACC) (Ibídem). Como bien advierten Díaz y Ruíz Nieto (2023, pág. 16) estas «iniciativas de cooperación multiactor no tuvieron la continuidad esperada y no dieron lugar al desarrollo de proyectos REDD+ operados por las organizaciones indígenas».

Los mercados de carbono en Colombia, principalmente para la Amazonia, se ejecutan mediante dos enfoques con diferente escalas geográficas y estrategias de financiación: de un lado, el Programa Visión Amazonía, liderado por iniciativa del Gobierno Nacional durante el mandato de Iván Duque (2018-2022) (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 16). En este programa el Estado, «a través de sus instituciones, recibe recursos de cooperación internacional por los resultados obtenidos, como incentivo para implementar estrategias y los administra de acuerdo a las prioridades establecidas por sus pilares estratégicos del programa» (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 16).

Del otro lado están los Proyectos REDD+ o Py REDD+, que involucran directamente a empresas privadas que, mediante actividades de mercado, persiguen la valorización monetaria de unidades de carbono (cantidad de emisiones de CO2 evitadas o absorbidas) (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 16). Muchas de estas empresas se asocian con organizaciones de la sociedad civil «quienes obtienen el mandato o la exclusividad por parte de las comunidades para coordinar acciones que les permiten certificar reducción de emisiones y acceder tanto al mercado voluntario de carbono de manera independiente con resultados en terreno» (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 16). Llama la atención como las plataformas encargadas de monitorear los estándares de certificación, como las empresas privadas Verra, EcoRegistry, Biocarbon Registry y Colcx, las que deben suministrar los Documentos de Diseños de Proyecto (PDD Project Document Desing), los informes de verificación, auditorías y certificados de créditos de carbono de cada proyecto, no cumplen con el suministro de esta documentación, de modo que se desconocen los estudios de cartografías sociales, documentación de recorridos, información socioeconómica y entrevistas (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 22).

Esto no solo expone la ausencia de entidades de vigilancia y rendición de cuentas, que obliguen a estas empresas al cumplimiento de compromisos sobre un marco reglamentario legal, sino también queda expuesto un escenario en el que la ansiedad por el lucro, especialmente de los llamados carbon cowboys, puede pasar por encima de las mismas abstracciones legales de la burocracia institucional. Este es apenas un síntoma que deja al descubierto cómo el problema de la crisis climática, degradación ambiental y preservación de los bosques, devino en un importante nicho de negocios para las empresas privadas y el capital financiero. Como bien lo advierte Zapata (2023) los proyectos de conservación ambiental, desde la perspectiva de la actividad monetaria, invocando la protección de la biodiversidad, promueven la creación de espacios productivos, creados y reproducidos de acuerdo a las actuales necesidades de acumulación de capital (2023, pág. 147). En esta perspectiva, cuando se hace referencia a la neo-liberalización de la Amazonia, estamos aludiendo a las relaciones imbricadas entre conservación ambiental, participación de empresas privadas y mercantilización de la naturaleza (ZAPATA 2023, pág. 147)

De acuerdo al Registro Nacional de Reducción de Emisiones de GEI—RENARE a julio de 2022, existen 51 PyREDD+ registrados en la Amazonia colombiana, muchos de estos son multidepartamentales, 25 en fase de factibilidad y formulación, 17 en fase de validación y verificación y 9 en fase de implementación (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 23-24) (Ver Mapa). En los objetivos de estos proyectos se advierte que aspiran al fortalecimiento de la gobernanza, el apoyo a proyectos productivos, a la autonomía indígena y a la equidad de género (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 28). Es perceptible que estos objetivos apuntan a un protocolo de declaración de resultados, supeditados a los mandatos del mercado, sin ninguna pretensión de alterar las condiciones de desigualdad, vulnerabilidad y abandono en materia de derechos indígenas.

Como bien se advierte en el Diagnóstico de proyectos REDD+ en la Amazonia colombiana (2023), la empresa que concentra mayor número de proyectos es Waldrettung SAS con 13, muchos de ellos localizados en el departamento de Guainía. En la lista con más proyectos le sigue la empresa Permian y la empresa Masbosques cada una con 6 proyectos (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 24). Para que los proyectos REDD+ se hagan efectivos se requiere la participación de empresas privadas certificadoras, que facilitan y garantizan el registro de los Proyectos de Mitigación del Cambio Climático (PMCC). Estas empresas, en el caso de la Amazonia colombiana, son: Ruby Canyon, AENOR, ICONTEC, KBS Certification Services Pvt. Ltd, Tuev Nord Cert GmbH y Verifit Colombia S.A.S (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 25).

Fuente: Diagnóstico de proyectos REDD+ en la Amazonia colombiana (Díaz y Ruíz Nieto 2023, pág 24).

Fuente: Diagnóstico de proyectos REDD+ en la Amazonia colombiana (Díaz y Ruíz Nieto 2023, pág 24).

Aun con la limitación de información disponible por parte de los actores privados vinculados al mercado de carbono, aun con la ausencia de una reglamentación sedimentada bajo el enfoque de derechos étnicos, aun con las disputas internas entre habitantes de resguardos que firman varios proyectos REDD+ con empresas diferentes (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 66) y aun con un panorama de incumplimiento de derechos, con amenazas permanente de grupos armados y economías extractivas en los territorios, se suma la imposición arbitraria de las Corporaciones del mercado de carbono sobre la vida cultural indígena. Así queda demostrado, por ejemplo, con la Corporación para el Manejo Sostenible de los Bosques MASBOSQUES que, junto con la organización ProAmbiente S.A, disponen de 7 proyectos REDD+ diseñados con CERCARBONO y su plataforma Ecoregistry, y que han exigido en los proyectos con las organizaciones indígenas compromisos para reducir el 30% del área de las chagras (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 42). Además de arrogarse una supuesta autoridad sobre la autonomía indígena, es un vergonzoso desconocimiento de la vida cultural amazónica. Este supuesto compromiso de reducir la chagra es un ataque al control sobre los medios de vida indígena y sobre un complejo sistema de prácticas culturales, ecológicas y de interrelaciones entre humanos y no humanos (vegetales y animales), del cual no solo se derivan alimentos, sino también una pedagogía del trabajo agrícola, conocimientos botánicos y el contenido moral de las relaciones sociales que confieren soporte a las formas de gobierno y defensa del territorio, a los sistemas ceremoniales de bailes y a los intercambios económicos. Interponerse al libre ejercicio del trabajo indígena no es más que la pretensión, bajo una racionalidad mercantil, de expropiar su modo de vida para someterlos a los mandatos del negocio del carbono.

Debe recordarse, a su turno, la tutela presentada en julio de 2022 por el Consejo Indígena del Pirá Paraná y la Asociación de Capitanes y Autoridades Tradicionales del Río Pirá Paraná (ACAIPI) contra la Corporación MASBOSQUES, por implementar, sin su consentimiento y pasando por encima del gobierno propio, el proyecto de bonos de carbono REDD+ Baka Rokarire ~ia tir+~dito. (BARRAGÁN, et al. 2023). Las vulneraciones generadas por este proyecto, además de lesionar la autonomía indígena, generó una profunda división y conflictos dentro de las 17 comunidades que agrupan al territorio. Lo que queda al descubierto es que el Estado colombiano no dispone de instrumentos para evitar la vulneración de los derechos de los pueblos indígenas ante la implementación de proyectos que afectan sus territorios, sus relaciones sociales y sus formas de gobierno. Tampoco ha implementado mecanismos efectivos de respuesta ante las exigencias de los pueblos indígenas por las posibles vulneraciones a sus derechos, aun más cuando los pueblos indígenas constituyen sujetos colectivos de protección especial (BARRAGÁN, et. al. 2023).

Una situación similar vivieron los habitantes del pueblo nukak-makú de la comunidad de Agua Bonita, cerca a San José del Guaviare, indígenas de reciente contacto (hace menos de 40 años), expuestos a degradantes condiciones de abandono estatal, con sus territorios ocupados por actores armados que vincularon los espacios de movilidad indígena a rutas de economías ilegales. En 2019 aceptaron la presencia de la empresa Waldrettung S.A.S para iniciar un programa de ventas de carbono. Sin información disponible, ni consultas previas, ni orientaciones jurídicas, emisarios de la empresa Waldrettung S.A.S pretendieron, reunidos en un balneario cercano a San José, en medio de comida y alcohol, acordar con los nukak-makú la realización de un proyecto de bonos de carbono por 100 años (MONGABAY, et al. 2022). Aun cuando la empresa Waldrettung nunca firmó el acuerdo, el caso expone las condiciones de desigualdad, desprotección y vulnerabilidad a las que están expuestos los pueblos indígenas ante la codicia de los carbon cowboys.

Además, como bien fue advertido en los talleres de los Centros Regionales de Diálogo Ambiental (CRDA) de la Macrocuenca Amazonas, realizados por el Instituto SINCHI en 2021 y 2022 sobre la implementación de los proyectos REDD+, muchos habitantes de los resguardos se quejan de la poca participación indígena en la toma de decisiones. Así fue indicado en los talleres virtuales del mes de mayo de 2022 entre entidades ambientales y territoriales, ONG y empresas implementadoras, organismos de validación y verificación, como también en las reuniones con actores institucionales (Visión Amazonia, Procuraduría Delegada para Asuntos Ambientales y Agrarios) y la organización indígena regional OPIAC (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág 68-69). En estos encuentros quedó expuesto que los proyectos REDD+, como ha ocurrido con muchos otros proyectos productivos o de los cuales se derivan ingresos económicos, generan disputas internas entre los habitantes de los resguardos. Esto, principalmente, porque los acuerdos comerciales se establecen entre autoridades administrativas y los implementadores privados de los proyectos, que tiene el control del funcionamiento burocrático, excluyendo a las figuras de gobierno local, autoridades ancestrales, sabedores y sabedoras, así como a las asambleas de las bases indígenas dentro de los territorios (DÍAZ y RUÍZ NIETO 2023, pág. 69).

Ornitorrinco

¿Este panorama puede darnos una idea de la aparición de un ornitorrinco en la Amazonia? Esto quiere decir que en la región persisten fuerzas y relaciones de distinta naturaleza, que terminan configurando una realidad económica, social y política concreta. En esta perspectiva, esta realidad se manifiesta tanto por la exclusión geográfica, como por la intervención de fuerzas depredadoras sin controles legales, que cooptan fuerza de trabajo servil sin mediación contractual alguna, incluso empleando amenazas violentas, como si fueran rezagos coloniales, articuladas a una situación de ausencia de derechos y militarización de la vida social. Esto en medio a los esfuerzos frustrados del Estado por garantizar una ciudadanía plena y, a su vez, con la puesta en marcha de proyectos de neoliberalización de los ecosistemas amazónicos, mediante comercialización de la naturaleza como es realizado por los programas REDD+. El panorama resultante es el de políticas neoliberales que se alimentan del atraso, de la precariedad y la vulnerabilidad social, el capital financiero se imbrica con formas degradadas de atraso y trabajos precarios, dando forma dialéctica a una realidad en contradicción permanente.

En la realidad Amazónica, como se puede percibir, al tiempo que circulan altos flujos monetarios en dólares del capital financiero internacional mediante los programas de venta de carbono junto a empresas privadas y bancos, también se ejercen las prácticas productivas autónomas indígenas produciendo alimentos y promoviendo redes solidarias de intercambio. A su turno, los habitantes locales se vinculan a economías ilegales para obtener mercancías que no producen, buscan trabajos con instituciones y gestionan apoyos estatales en medio de grupos armados, narcotraficantes y explotadores de oro.

Referencias

BARRAGÁN, Maryluz, et al. “Bonos de carbono, un mercado ambiental que amenaza a los pueblos indígenas”. Disponível em: DeJusticia: https://www.dejusticia.org/litigation/bonos-de-carbono-y-gobierno-indigena/, octubre 2 de 2023. Acesso em: 22 de março de 2024.

DÍAZ, Juan Manuel y RUIZ-NIETO, Omar. Diagnóstico de proyectos REDD+ en la Amazonia colombiana. Bogotá, Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI. Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. 2023

FIGUEROA, Fernanda y CARO-BORRERO, Angela. “Neoliberalización de la naturaleza a través del programa de Pago por Servicios Ambientales en México. Diversidad de efectos y multiplicidad de visiones”. En: Naturaleza y neoliberalismo en América Latina. Universidad Nacional Autónoma de México, México. 2019, pp. 33-80

FOA, Jorge Gabriel. Economía verde: la nueva ola del ambientalismo neoliberal.
Cuadernos de Coyuntura, Neoliberlismo, No. 1, 2017, pp. 85-88

MONGABAY; CENTRO LATINOAMERICANO DE INVESTIGACIÓN PERIODÍSTICA (CLIP); LA LIGA CONTRA EL SILENCIO, RUTAS DEL CONFLICTO. “Indígenas negocian bonos de carbono en desventaja y sin respaldo estatal”. Disponível em: https://es.mongabay.com/2022/09/indigenas-negocian-bonos-de-carbono-en-desventaja-y-sin-respaldo-estatal-en-colombia/, 01 septiembre 2022. Acesso em: 22 de março de 2024.

OLIVEIRA, Francisco. Crítica à razão dualista/ O Ornitorrinco. Editorial BoiTempo – SP. 2003

OXFAM. Resumen ejecutivo del Informe Paralelo de 2023 sobre financiación climática. Tomado de: https://www.oxfam.org/es/informes/informe-paralelo-de-2023-sobre-financiacion-climatica, consultado el 21 de septiembre de 2023.

PALACIO C., Germán. “Introducción. Amazonia: complejidad, imaginarios y opciones de futuro”. En Amazonia desde dentro. Aportes a la investigación de la Amazonia colombiana, editado por Valentina Nieto y Germán A. Palacio. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia/Instituto Amazónico de Investigaciones Imani/Saber y Gestión Ambiental. 2007

SCHWARZ, Roberto.“Prefácio com perguntas”. En: Crítica à razão dualista/ O Ornitorrinco. Editorial BoiTempo – SP, 2003, pp. 11-24

TOBÓN, Marco. “«Nuestro futuro es nuestro pasado». Explotción de oro, medioambiente y resistencia indígena en el medio río Caquetá”. MAGUARE (Universidad Nacional de Colombia), v. 32, 2018, p. 139-170

ZAPATA, John. Terra arrasada e acumulação por preservação da natureza. Um estudo sobre a modernização capitalista do espaço e o desenvolvimento desigual no Darién-Urabá, Colômbia. Tese de doutorado em Geografia, Instituto de Geociências. – Universidade Estadual de Campinas. Accesado o 25 de outubro em: http://xurl.es/repositorioUNICAMP, 2023

1Trujillo, Luis Ángel. 2014. “Y llegaron los dragones: dragas y drogas sobre el río Caquetá (Inspección del Metá, finca ‘El Refugio’)”. Revista Mundo Amazónico 5: 425-453

2Cure, Salima. 2010. El cortacabezas. Construcción y circulación de un rumor en la frontera amazónica de Colombia, Perú y Brasil. Abya-Yala – Universidad Politécnica Salesiana. Quito – Ecuador.

3Reducción de Emisiones por Gases de Efecto Invernadero provenientes de la Deforestación y la Degradación de los bosques y Proyectos del mercado voluntario de REDD+

4National Determinants Contribution – Contribuciones Determinadas a nivel Nacional

5En la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se fijó un nuevo objetivo de financiación posterior a 2025: un mínimo de 100 000 millones de dólares anuales (OXFAM, 2023, pág. 4)

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